La Ciencia Archivística es tan rica y extensa que, si nos lo propusieramos, podríamos ofrecer una variedad de servicios que nosotros mismos a veces no somos conscientes. Ahora que estoy preparando un artículo para una revista relacionado con los temarios de oposiciones y cómo encajarán en el futuro, me estoy dando cuenta del potencial del colectivo archivero en tareas que solemos desarrollar generalmente de forma autodidacta.
Existen muchas formas de desarrollar nuestra actividad y ello implica conocer los modelos de negocio que hoy triunfan como son la publicidad y la formación, pero os propongo alguno más:
Existen muchas formas de desarrollar nuestra actividad y ello implica conocer los modelos de negocio que hoy triunfan como son la publicidad y la formación, pero os propongo alguno más:
- Oposiciones a los niveles facultativo, ayudante y auxiliar. Habitualmente son del Ministerio de Cultura pero las universidades y algunas consejerías también las convocan.
- Consultoría de gestión documental, que suele contratarse para proyectos integrales de gestión de documentos. Se suelen combinar disciplinas (fondos de archivo, bibliográficos, fotográficos, etc.) e incluir la formación de los usuarios.
- Digitalización de fondos que no siempre están descritos o pertenecen a repositorios con un tratamiento no archivístico, algo bastante habitual en fondos que quieren ser accesibles a través de Internet y que se digitalizan y se recuperan como piezas únicas (fuera de su contexto orgánico-funcional).
- Informatización de inventarios y proceso técnico de expedientes. Suele ser muy interesante para entidades con una o dos series documentales estructurales y que conllevan un volumen de documentación muy grande.
- Documento del mes: es una selección de un documento curioso o representativo de la institución, del lugar o de una situación que se expone y que se está generalizando en muchos archivos. Este tipo de campañas se enmarcan en la estrategia de comunicación de las entidades.
- Diseño de flujos documentales. Aunque este negocio no sea muy conocido en el entorno archivístico es el colectivo que mejor preparado está para diseñarlo y es lo que suele atascarse en los procedimientos de calidad: los documentos que representan los procesos de gestión.
- Testeadores de las oficinas virtuales. Cada vez son más las administraciones públicas que permiten realizar trámites online. Esto supone un enorme esfuerzo de desarrollo no solo a nivel de programación, sino de seguridad de la información y garantía diplomática de los documentos que se producen y gestionan. Un archivero es el que mejor posición tiene entre las necesidades de garantía y las facilidades para el usuario.
- Gestor de comunidades archivísticas. Trabajo que me parece actualmente muy importante para difundir y dar a conocer esta profesión en diferentes sectores como los ayuntamientos, universidades, hospitales, juzgados, puertos, aeropuertos... que va mucho, pero que mucho más allá de "guardar papeles".