Aunque la administración electrónica de documentos aumenta sin parar en la gestión administrativa pública y privada, no puedo dejar de preocuparme por nuestra herencia. Una de las misiones que nos distingue de otros profesionales de la recuperación de la información es la de velar por la conservación y recuperación de los documentos (soportes de la información) en el tiempo. De alguna forma el personal archivero debe aportar soluciones complementarias al resto y en la linea que estoy comentando: consolidar la herencia de nuestra sociedad.
Y ahora que nos toca vivir en un mundo en transición documental en muchos sentidos, el tomar conciencia de los soportes de la información puede resultar vital para la supervivencia no aleatoria de los documentos. La administración electrónica va a sustituir el papel salvo que se produzca un cataclismo informático, en cuyo caso, el que no podamos evidenciar los acontecimientos seguro que será el menor de nuestros problemas. Sin embargo, este proceso está muy lejos de sustituir a la producción en papel.
Resulta necesario ser consciente de llevar paralelamente dos proyectos: el desarrollo y sustitución paulatina de procedimientos en entornos virtuales, garantizando la seguridad / fiabilidad / estabilidad / pertinencia de los datos en el tiempo; y la organización de los documentos en papel (identificación, ordenación, clasificación, descripción e instalación) para poder realizar la selección pertinente y adecuada en el tiempo o digitalizarlos si se estima conveniente.
Por mucho que corra la administración electrónica, no es justificación para que se olvide la organización de los fondos en papel. En definitiva, es nuestra responsabilidad.