jueves, 27 de octubre de 2011

ALFIN en Archivos 3: Oferta y demanda

  Cuanto más avanzo en la lectura del Informe APEI más difícil se me hace generalizar los conceptos. Porque me gustaría aportar una visión sectorial adaptada al informe. Pero eso supone realizar un trabajo mucho más elaborado y que podría ser muy interesante como referente a los profesionales de los archivos. Sin embargo, estas pretensiones superan ampliamente la intención de este artículo. Por eso voy a concluir esta serie haciendo una reflexión sobre lo que creo que se demanda y lo que ofrecen los profesionales de los archivos y en qué puede beneficiar la Alfabetización Informacional.



  Respecto a las competencias, yo empezaría con la terminología. Es muy difícil enseñar a las nuevas generaciones el simple término "archivo" cuando la mayoría lo asocia al concepto archivo de ordenador o de la red. Si yo digo que soy archivera ¿qué mensaje estoy ofreciendo? ¿a qué me dedico? Pongo un ejemplo, si yo digo soy panadera es que hago pan o vendo pan, pero si yo digo soy archivera... Ahora bien si digo que soy gestora de documentos o que trabajo en la gestión de documentos, automáticamente me preguntan ¿eres programadora de gestores documentales (wordpress, joomla,  drupal, share-point, etc.) Pues no. Entonces lo digo en inglés: records manager o records keeping. Pero es peor porque entran en juego una ingente cantidad de profesiones nuevas como community manager, content curator, etc. que todavía no están arraigadas en la sociedad en general y crean más confusión todavía.

  Otra demanda sobre las competencias es, y ésta sí es evidente, el diseño de los circuitos documentales. No el workflow sino cómo se deben tratar los documentos que se producen de las gestiones. Contestar preguntas como: ¿este documento se registra o no?, ¿esta serie se puede eliminar y cuándo?, ¿lo digitalizo todo o nada?, me he quedado sin espacio ¿qué hago?. En el caso de los archivos públicos se transfiere la documentación al archivo para su proceso y en el de los privados suelen buscan especialistas documentales en asuntos relacionados con la conservación (gestión de espacios, digitalización, etc.).

  ¿Qué se puede ofrecer? En primer lugar hay que definir y divulgar los productos que el archivero maneja: cuadros de clasificación, mapas de instalaciones, tablas de valoración documental, procedimientos de gestión de documentos, diseño de taxonomías, diseño y gestión de metadatos, etc. Es necesario renovar los conceptos de divulgación archivística. Por ejemplo, la carta de servicios es un instrumento que puede dejar paso a una fanpage de Facebook o webs interactivas con acceso a chats, espacios para etiquetar fondos gráficos, etc. Y para los archivos administrativos se deberían crear los canales para integrar la gestión de archivos (o de documentos si se prefiere) en la estrategia general de la empresa, lo que conllevaría la planificación, implantación y evaluación de procesos documentales.

  Todo ello pasa, porqué no, por desarrollar proyectos en el marco de la Alfabetización Informacional ya que la Archivística se encuentra en una situación privilegiada para proporcionar una estructura consolidada a los conceptos y herramientas para gestionar, recuperar y evaluar la información, para mí más difícil de tratar que es la espontánea, original y única en el tiempo como es el documento de archivo.